Luisa siempre ha pasado desapercibida en el terreno artístico, no ha gozado del mismo reconocimiento que su marido Vicente. Pero ya desde muy niña comenzó una silenciosa pero incansable tarea en ese minusvalorado terreno de las llamadas “labores del hogar”.
Resulta imposible recoger en estas páginas todos los objetos, cuadros, prendas, etc. que ha ido creando a lo largo de toda su vida. Se encuentran repartidos por multitud de lugares, y cada habitación de su hogar es un museo en el que sus creaciones llegan a pasar desapercibidas como objetos cotidianos que siempre han estado allí y de los cuales se desconoce su origen. Pero esos cojines, paños, tapetes, cortinas, servilletas, lámparas, flores de tela, flores secas, cuadros, espejos y multitud de adornos, fueron creados por sus manos.
Y no se ha conformado con dedicarse a un solo tipo de técnica sino que ha explorado las más diversas formas de arte, demostrando destreza y maña en todo lo que ha emprendido. Así, ha trabajo el ganchillo, punto de cruz, macramé, bordado, punto, pirograbado, repujado, tela pintada, miga de pan…
Lo que aquí sigue es una pequeña muestra de su ingente labor creativa, de su indiscutible talento. |