El Gumbo es una especie de sopa típica de por aquí y del sur en general, de incierto sabor ya que es una mezcla de variados ingredientes que dependen del albedrío del cocinero, pero poco más o menos, de todo lo que pillan a mano en la cocina… Así que como despedida del lugar, iba a cocinar mi particular Gumbo con todas las anécdotas, impresiones y reflexiones que se han quedado en el tintero. Pero se ha producido cierta circunstancia que me ha hecho cambiar de opinión. Lo que se ve en la foto es la pantalla de mi querido ordenador. En una simple apertura de la pantalla, hizo “clic” y ahí terminó todo. Bueno, ha quedado la esquina izquierda sana, en la que aún puedo ver, haciendo virguerías
con el ratón y las ventanas, lo que estoy escribiendo. Pero se me han quitado las ganas de cocinar. Además siempre se corre el riesgo de que aunque los ingredientes sean buenos, igual no es buena idea mezclarlos. Es como cuando coges una magnífica botella de tinto reserva del 2002 y la mezclas con una refrescante botella de gaseosa… Queda la metáfora, tantas veces repetida pero no por ello menos cierta, de lo efímera que es la vida. En un solo segundo, un error, un fallo, un despiste, y todo se acaba. Así que hay que recurrir una vez más al manido tópico, pero no por ello menos necesario, de que tenemos que aprovechar cada segundo del que disponemos.
Bueno, pues me guardo las cosas que me quedan por contar para compartirlas a la vuelta con vosotros saboreando una buena cena mientras apuramos unas cuantas botellas de vino.
Si que me gustaría, ya a la vuelta y delante de una pantalla de dimensiones normales, hacer una especie de glosario de este interesante lugar por el que he paseado tan agradablemente durante este breve pero intenso tiempo. El título del blog no refleja para nada lo que ha sido el viaje, desde luego. Sin olvidarme del agradable pero fugaz paseo por New México, una ciudad no representa a un país, y menos una de Norteamérica donde fuman dentro de los bares, beben fuera de ellos y pueden pasear por la calle con la cantidad de ropa que les parezca oportuno, todo ello sin que la policía salte sobre ti. No es que me guste la idea de que se fume en un bar, todo lo contrario (aunque apenas fuman, ni te enteras), se trata de ese ambiente relajado, alegre, feliz, sin crispación…
Now I’m gonna know what it means to miss New Orleans…
#1 by Aupaedurne on 30 Abril, 2010 - 3:27
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Al leer el título de la entrada he pensado q ¡por fin! me contetabas a la pregunta q te hice hace casi tres meses… Pero la realidad ha sido mucho más cruda ¿Qué le has hecho a tu netbook, alma de cántaro?
Sólo queda una cosa: aprovechar, aprovechar cada segundo sin mirar hacia delante. Decía Álex Rovira en su (gran) libro “La buena crisis”: “La incertidumbre es siempre total y no lo tenemos asumido. O ¿estás seguro de que estarás vivo dentro de veinte segundos? Por favor, no asientas. Quien diga que sí es que no entiende qué es la vida.”
Vamos a aprovechar, pues, los próximos veinte segundos, y ya veremos qué pasa con los siguientes.
#2 by chupillo on 30 Abril, 2010 - 11:01
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Has sido tú el de la mancha de petróleo que amenaza con subir ppoorr eell MMiissiippii?
Se han enterao en ese pueblo?
Viendo cómo has dejado el parato, no cabe duda de que ha sido un viaje rompedor. Abrazos y hasta muy pronto
#3 by morigan on 3 Mayo, 2010 - 13:08
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¿Ya has vuelto? ¿Otra vez al curro?
Podrias haberte quedado unas semanas a recoger chapapote.
Recuerda que tienes que hacer un resumen de la parte fina del viaje. Con tranquilidad.
#4 by jlpueser on 4 Mayo, 2010 - 17:03
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Morigán, el resumen final será con cervezas de por medio, así que ya puedes ir buscando fecha…
Abundando en las citas comenzadas por Aupaedurne, aquí va una que sigue esa línea, regalo de E. Punset, que leyó en una pintada en el metro de Nueva York: “¿Hay vida antes de la muerte?”
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